En ese triángulo de tierra que forman las carreteras que van de Burgos a León y a Valladolid, en una carretera que une a las dos, de Olmillos de Sasamón a Villaldemiro, en una hondonada de los páramos, a orillas del arroyo de Penilla y en terreno desigual, encontramos a IGLESIAS, a 27 Km de Burgos. Goza de la compañía de Tamarón, Vilviestre de Muñó, Hormaza, Hornillos del Camino, Yudego, Castellanos de Castro y Hontanas, que forman corona a su alrededor.
Su nombre aparece por primera vez citado hacia 1250 por el padre Enrique Flórez en su obra "España sagrada" como "Eglesias", entre los pueblos que tributaban a la mitra burgalesa. Y el Marqués de la Ensenada nos ofrece en 1752 en su Catastro el testimonio de sus pobladores que declararon en las respuestas generales que pertenecían al señorío del marqués de Villacampo. Se encuentra sobre el Camino de Santiago, y por esta razón, aunque el titular de parroquia es San Martín Obispo, el patrono es Santiago Apóstol. La dedicación tradicional de sus habitantes ha sido la habitual en la región, es decir, el cultivo de toda clase de cereales y el cuidado de algunos ganados para la manutención ordinaria de los hogares, modernamente se ha establecido una granja de perdices muy notable.
Ya contaba con 401 habitantes en el año 1848, como testifica Madoz en su Diccionario geográfico. Y, como la mayoría de los pueblos de la provincia, creció a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y su censo se situaba en 610 personas en el año 1900. Se mantuvo perfectamente con 601 en el año 1950, después de la dura primera mitad del siglo XX, que termina con 157 habitantes en el año 2000.
En el centro del pueblo está situada su iglesia, dedicada a San Martín, obispo,de buena fábrica, exterior e interiormente renacentista, de tres naves, con bóvedas, nervaduras y claves de piedra. El ábside es poligonal con grandes contrafuertes, lo mismo que las naves, que tienen cada una su ábside, y tiene el alero moldurado. Tiene añadida a la cabecera una dependencia, también de buena construcción La portada es de arco muy rebajado, casi adintelada,bajo un más amplio arco también rebajado. Tiene, además, otra portada bajo la torre, clasicista, de medio punto, con arcos, molduras y pilastrones y friso liso, bajo un tejadillo. No se usa. Y la torre es cuadrada y amplia con pilastrones hasta el tejado, molduras en alero, gárgolas de cañón y remate en pináculos-bolas, con ocho huecos, y dos campanas; tiene, además, un campanillo en una pequeña espadaña en el ábside. La pila es gótica, poligonal, lisa, con base cónica. El retablo mayor es barroco, de Fernando Peña y Francisco A. Munar. En otro clasicista hay un hermoso Calvario gótico completo. Y unas buenas tablas. Tiene también un órgano neoclásico. Sus libros parroquiales dan comienzo en el año 1573.
Conserva las ermitas de Santa Centola, con ábside románico, y el Cristo de los Buenos Temporales; y a varios kilómetros de la ermita de San Bol, convertida ahora en albergue de peregrinos del Camino de Santiago, que discurre por sus tierras.
En 1636 nace fray Juan de Cañas, de vasta cultura en su tiempo. Profesor de Filosofía y Teología en Cerdeña. Escritor.
En marzo de 1922 viene a la vida Julián Pérez López, sacristán de la catedral de Burgos, realizador de montajes audiovisuales. Poeta popular.
En 1955 comienza sus días Isidoro Izquierdo Marín, novelista, escritor.
Y en su suelo están catalogados cuatro yacimientos arqueológicos medievales y dos de época sin determinar.
El topónimo de la villa de Iglesias es parlante, y recuerda sin duda, la existencia de algunas iglesias en su término fundadas en época medieval, concretamente una dedicada a San Baudilio (desaparecida), la ermita de Santa Centula –cuyo título denota su antigüedad-, y el monasterio-albergue de los monjes antonianos, dependiente del monasterio de San Antón de Castrojeriz.
Respecto a su historia institucional, cabe recordar que en el año 1666 el entonces lugar de Iglesias, junto con los de Tamarón, Vilviestre y Celada del Camino, fue enajenado por la corona a favor de Antonio Fernández de Castro y de la Moneda, marqués de Villacampo y caballero de la Orden de Santiago: señorío que heredaron sus sucesores hasta que las Cortes abolieron el régimen señorial en el año 1812.